A partir de que el hombre adopta la postura erecta, se produce una diferenciación muy importante al liberar sus manos del trabajo de caminar y comienza a usarlas para otras tareas; con las manos se puede sujetar y agarrar. Lo que se imagina con la mente se crea con la mano, por lo que mano y cerebro se complementan.
La mano ha ido desarrollándose como uno de los más importantes órganos sensoriales del cuerpo, con esto se explica la vasta superficie que tiene reservada en la corteza cerebral, están ligadas al cerebro a través de un número de nervios infinitamente superior a la cantidad de los que relacionan al cerebro con otras partes del cuerpo.
A su vez, las manos, pueden transmitir emociones a través de la calidez de una caricia, por ejemplo, y también a través de un masaje. Estableciendo un puente de comunicación entre las personas, que sólo pueden decodificar quienes sienten ese contacto.
Son un excelente lugar para trabajar sobre sí mismo o en los casos en que no se puede trabajar en los pies (por estar lastimados o dañados); o bien como refuerzo del trabajo en ellos. La reflexología de manos es una terapia que puede aplicarse todos los días con excelentes resultados.
El trabajo reflexológico en manos es de gran ayuda para problemas emocionales y mentales.
Cuando se palpa y se siente, sobre todo con las yemas de los dedos, la actividad cerebral se activa y se entrena. Cualquier actividad manual, tocar un instrumento, lavar o masajearse las manos tiene repercusiones mucho mayores de las que somos conscientes.
Que las manos hagan su labor y el corazón nos sirva de guía.
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